03 marzo 2009

EN LA PENUMBRA

En la penumbra lo observo, diáfanos rayos de luz acarician pequeños rincones de su tersa piel. Está dormido, y escucho en el silencio su respiración pausada y profunda. Estoy sentada desnuda en una silla alejada de la cama. Mis ojos posados en su cuerpo tendido y también desnudo. Las sombras juegan con sus curvas, creando formas caprichosas que se mezclan con la superficie de su piel. Mi mirada empieza a recorrerlo... Cómo sus pies descansan de manera holgada en la orilla de la cama, sus pantorrillas iluminadas en algunas partes por pequeños rayos de luz, líneas rectas pero suaves delinean su contorno, llevándolas hasta la base de sus nalgas firmes y sombreadas, y continuando con su espalda voluptuosa y pétrea, nívea como jardines sembrados de copos de nieves. La superficie interrumpida por pequeñas colinas por aquí y por allá, hasta llegar hasta sus hombros que sostienen la cabeza ladeada. Su rostro mitad en la oscuridad, mitad iluminado, me muestra una bella mueca dibujada en sus labios, mientras sus largas y negras pestañas acarician sus pómulos sonrosados.

Me mantengo absorta al observarlo, soñando con el contacto suave de su piel, soñando sentir sus labios húmedos y cálidos tocando los míos...

¿Qué miras? –me dice él, viéndome con ojos dormidos, y levantándose lentamente.

A ti –le respondo con mirada traviesa, y una sonrisa cruza mis labios curveados. Con un movimiento rápido me levanto de la silla y lo tiro suavemente en la cama. Quiero observar su piel, quiero observarlo a él. Me acerco por sus piernas, y con una caricia larga las recorro, subiendo… subiendo… los rayos de luz siguen jugando con la superficie de su piel lechosa. Sigo recorriendo en subida sus piernas, hasta llegar a su sexo ahora erecto. Magnifica vista, pienso para mí. Pero no me detengo ahí, sigo acariciando, ahora su abdomen cuadriculado, imperfecto… pero perfecto para mí. Con suaves movimientos circulares toco cada parte de su cuerpo… Lo recorro.

Traviesa –me dice en un suspiro urgido –sabes cómo me encanta que hagas eso.

Veo cómo su respiración entrecortada surca el silencio de la habitación. Sus pequeños gemidos me excitan a seguir tocándolo. Ahora es mi boca la que lo recorre. Mi lengua se pasea por su piel sin límites, libre, apasionada... Mis ojos buscan su rostro, quiero ver cada uno de sus gestos...Qué le gusta… y sé qué le gusta…

Mi boca empieza a dar pequeños besos ahogados, recorriéndolo… y quiero probarlo, quiero saborear la esencia que transpira. El contacto con mi lengua sólo hace que se excite más. Se mueve ansioso, cierra los ojos y toma grandes bocanadas de aire… Se contiene.

Tomo con delicadeza su pene erecto, lo acaricio, lo beso con ansia y mi lengua me exige más… quiere más. Su sabor me embriaga, el sólo tocarlo me hace perder la conciencia y el control de lo que hago… Disfruto extasiada el momento que paso con él.

Él me mira con ansia, sé lo que quiere, y yo se lo quiero dar… Me levanto un poco, y con mis senos recorro de nuevo su cuerpo, y éste se estremece… mis labios tocan con pasión los suyos… Ya quería besarlos, y sentí su calor envolviéndome… Me coloqué arriba de su cuerpo tembloroso, abrí con generosidad mis piernas y dejé que entrara en mí.

Qué hermosa sensación, así, tan juntos, tan compenetrados… Tan uno para el otro. Así me gustaba sentirme suya, SABERME suya! Saber que al final, una parte de él se quedaba conmigo y que eso… eso LO HACÍA mío también.

MI MALDICIÓN

Creía estar dormida, pero en realidad deambulaba sin rumbo fijo… Miré a mí alrededor, era un paraje oscuro y desértico. Sentía que mi mente estaba perdida, con intermitentes flashazos de conciencia y razonamiento. De pronto comencé a percibir olores que antes no; mi vista se agudizó en la oscuridad, observando detenidamente el lánguido aletear de una mariposa perdida; mi oído se hizo tan fino, que pude escuchar el sonido casi imperceptible de su respiración… Su respiración, armoniosa, pausada, tranquila y desenfadada. Había algo en esa respiración que hizo que mi corazón palpitara vigorosamente, mis pupilas se dilataran al extremo de casi desaparecer, mi aliento fuera y viniera entrecortadamente, mi pecho se inflamara en un intento de mi alma de salir y callar esa respiración… su respiración.
Mi cuerpo comenzó, primero a caminar, después a correr con desesperación, buscando el origen de esa respiración. Ahora también me dejaba llevar por su olor, un olor fuerte a hombre, a sudor… a miedo… A lo lejos escuchaba sus pasos ahora rápidos y escurridizos. Pero su propio terror lo traicionó, y pude escuchar un golpe seco cuando su cuerpo cayó entre unas hojas secas. El sonido de su piel rozando las hojas y la tierra húmeda de aquel lugar, su respiración alterada y sus jadeos desesperados no hacían otra cosa que excitar mi paso.
Al llegar a ese rincón del bosque, pude percibir el olor a viejo, húmedo y rancio de los árboles; algunos frutos secos que cayeron de las ramas se mezclaban miméticamente con las hojas verduzcas y pardas… Y ahí, entre toda esta gama de olores, colores y texturas, ahí estaba su cuerpo tendido en la tierra. Sus manos se apoyaban temblorosas en el suelo… yo escuchaba su aliento cálido y entrecortado, desesperado… Corrí como una bestia a su encuentro y vi el terror sembrado en sus ojos… Y tenía razón.
Tome su cuerpo con fuerza, y al hundir mis dientes en su piel, un placer extraño recorrió mis entrañas; vi hilos magenta de sangre escurrir lentamente y sus ojos perderse en el horizonte infranqueable de su muerte inminente… Ya estaba hecho…
Mis brazos soltaron lentamente su cuerpo inerte; ya no sentía esa fuerza que momentos antes inundaba mi ser… Esa sed de sangre y venganza se desvanecía, mi respiración se tornaba pausada. Con terror observé el cuerpo tendido a mi lado. Al principio no entendía nada, ¿Por qué estaba ahí? ¿Qué había sucedido?...
Al ver con más detenimiento a ese infortunado hombre, lloré desconsoladamente… ¿Cómo había podido pasarle esto?... mi vida, mi hombre estaba ahí, sin vida y con una mirada de terror en sus ojos perdidos…
Pero comencé a recordarlo todo… lo que temía noche a noche, la maldición que se cernía sobre mi cabeza, me había alcanzado… Y ahora que veía desesperada el cuerpo de mi amado, la furia llenó mi corazón roto…
Desde esa noche, juré a la luna y a la oscuridad que cazaría, torturaría, mataría y destrozaría a todo aquél que se había interpuesto entre nosotros… Mi maldición, sería su maldición también…


Aaaaauuuuuuuuuuuuuuuuuuu

LURRA Y LOS KURT ADAM

En éste sueño, la mayoría del tiempo fuí una espectadora, más que estar de manera presencial. Recuerdo que el sueño se llevó a cabo en lo que fue mi casa por aproximadamente 10 años en la infancia. Estaban las mismas calles, pero lo extraño es que no era el fraccionamiento propiamente dicho, sino que era un bosque, verde con árboles frondosos, lleno de luz y de sombras, olía delicioso... añejo pero fresco tambien, a tierra revonada, húmeda, nueva.

Al principio del sueño iban caminando por el bosque unas 4 o 5 personas, de las cuales recuerdo conocer a 2 o 3. En ese momento yo solo estaba como observadora, perdo despuès de estar caminando por un buen rato, y al sentir una presencia peligrosa, me encontraba por fin caminando en entre el grupo de personas.

Yo sentía esa presencia extraña, amenazante, pero al precer era la ùnica, todos los demás parecían seguir tranquilos. Observaba a los lados, atras de mis hombros, volteaba a ver las copas de los árboles, intentando encontrar eso que me tenía inquieta. Nada... no había nada.

Pero entonces cuando llegamos a la esquina de la que sería mi casa de antaño (que dentro de
el sueño seguìa siendo bosque) sentí sobre mis hombros un peso que mi cuerpo no pudo aguantar... escuché aterrada un rugido ensordecedor y sentì sobre mi rostro un aliento caliente y asfixiante.

Cuando me di cuenta, media docena de lobos estaban sobre nosotros, yo sentì la mordida punzante de sus colmillos sobre mis manos, mi pecho y mi espalda. Trate de pelear, deresistir, pero era imposible hacerlo contra algo 10 veces màs podereoso y fuerte que yo. Cuando dejè de oponer resistencia, cuando dejé de luchar, entonces sentí que ese peso abrumador que tenía sobre mi cuerpo, flagelandome, desaparecía.......

Los lobos se habìan ido, pero todos estábamos seriamente lastimados y heridos. Recuerdo claramente como observaba aterrada mis manos ensangrentadas y veía con terror los agujeros que los colmillos habían dejado en mis palmas temblorosas. Comenzamos a caminar, primero sin saber bien a donde, pero despues, como seguida po mi instinto, comenzamos a caminar a una parte del bosque que para mi era familiar.

En ese lugar tan seguro para mi, había un gran árbol, tupido de ramas y hojas verdes... Sentía una calidez acogedora y arrulladora... tanto así que mis ojos comenzaron a cerrarse contra mi voluntad. Un canto dulce sonaba y susurraba en mis oídos, una voz profunda y hermosa que cantaba en un idioma totalmente desconocido y mágico que me mantenía en un profundo sueño...

No se cuanto tiempo paso, pero al abrir los ojos sentì que habia sido bastante... Estaba en presencia de una mujer muy hermosa, etérea, pálida; el pelo largo, lacio y blanquecino.... traía un vestido azul, muy sencillo, pero que enmarcaba su belleza de manera mágica.

Al despertar, ella tenía sus ojos posados en mi, como escrutando e mi interior. Me daba cuenta que no era humana... no podìa serlo...

Comenzaba a sentirme mas despierta, alerta, giré mi cabeza para ver mi entorno, veia troncos, hojas, flores... estábamos adentro del arbol que momentos atras había visto enorme e inponente!!!

Todos estában ahí, en esa habitación acogedora... rápidamente comencé a recordar todo, el ataque, los lobos, la sangre... me miré asustada las manos, pero no había nada... no había ni rastro de sangre, ni heridas ni nada. Estaba confundida y cuando me dirigí a la misteriosa mujer, ni una sílaba salió de mi boca....

Ni siquiera me observaba a mi, estaba hablando con los demás, gesticulando lentamente, posando su mirada en uno y luego en otro, y otro y otro...

Pero no me veía a mi. De hecho, no podía siquiera escucharlos, solo veía como intercambiaban miradas, como movían los labios lentamente, parpadeaban, movían los brazos y las manos... pero sonidos, ninguno... ninguno.

De pronto la mujer etérea se levantó lentamente y caminó hacia una tina grande que había en medio del cuarto. Sin quitarse la ropa, sin percatarse de que estaba en presencia de varias personas, levantó levemente su vestido, metió delicadamente sus pies y se recostó en tan fresca cama de agua, hundiendo hasta el último hilo plateado de su bellísima cabellera.

Recuerdo acercándome con curiosidad a la tina. Ya no era esa mujer delicada la que estaba en el agua. Me daba cuenta que efectivamente no era humana. Una mujer de piel verde agua se encontraba con los ojos cerrados en el fondo del agua... Su pelo era ahora de color azul marino, en la frente tenía incrustadas piedras verdes, azules y plateadas, y su rostro brillaba armoniosamente.

Despues, sacó lentamente sus mans largas y afiladas, tomó la orilla de la tina, y apoyàndose fuertemente salió del agua. Era la misma pero diferente, sus ojos eran profundos, muy profundos como el mar, y su mirada enigmática. Su piel resplandecía como si cada milímetro tuviera infinidad de pequeños diáfanos diamantes que reflejaban con vehemencia los rayos del sol.

Estábamos en presencia de Lurra, la reina de las Dríadas de esos bosques... Y lo comprendí en el momento en que salió de las aguas, trasformada en esa bella visión.

Con una de sus manos señaló una de las puertas que habían en ese cuarto, instándolos a que la cruzaran. Todos comenzaron a caminar lentamente, sin saber qué era lo que les esperaba detrás de esa puerta; yo solo observaba.

En cuanto se abrió la puerta, volví a sentir esa presencia aterradora que sentí en el bosque, pero por alguna razón, ya no era amenzante.... Cuando cruzé el umbral de la puerta, vi que estábamos en una enorme sala, hermosa e iluminada con potentes rayos de sol que traspasaban la espesura de la copa del árbol. Hasta el fondo de la sala, había un trono de madera finamente tallado, con infinidad de detalles en las patas y en la cabecera. Hermosas enredaderas subían por el trono, acariciándolo mientras ascedían, transpirando aromas exquisitos, y brotándoles botones de flores etéreas y multicolores.

Pero lo que en realidad me sorprendió, no fué tan hermosa visión de detalles, olores y texturas. Lo que me sorprendió, fue ver a la media docena de lobos, sentados alrededor del trono, algunos recargando sus rostros entre sus piernas delanteras, algunos levantando la mirada en cuanto escucharon los pasos dentro de la sala... Sabiendo que eran los mismos lobos, parecían ser unos completamente diferentes. Ahora que podía observarlos con detenimiento, y sin el terror sembrado en mis ojos, me daba cuenta que en realidad eran hermosos, de rasgos elegantes y soberbios, pelaje tupido y brillante, ojos profundos, misteriosos y cristalinos. Ninguno daba señales de pararse y atacarnos. A la primera visión de la reina Lurra, todos agacharon la cabeza con reverencia y solicitud.

Lurra siguió caminando hasta llegar a su trono, donde lentamente dió la vuelta y se sentó parsimoniosamente. Por primera vez desde que la vi en la recámara contigua, pude escuchar su voz al decirnos:

"Están en un viaje desconocido en tierras no conocidas para uds... tal vez no sepan bien a bien porqué están aquí, ni en dónde estan, y esas son preguntas que solo uds podrán contestarse si escuchan detenidamente en su interior. Éstos hermosos ejemplares de lobo son los Kurt Adam... Son mis protectores y protectores del bosque en el que habitamos las dríadas.

Para uds, humanos, solo son un amenaza... Porque así siempre han visto todo lo que conforma la naturaleza... Todo lo que ven, lo quieren conquistar y dominar... Los mares, los ríos, los desiertos, las selvas, los bosques, incluso los cielos. De esa manera, mis amados Kurt Adam solo actuaron como uds esperaban que actuarían; pero ellos solo están aquí para cuidar y proteger la naturaleza.

Sus miedos, humanos, son reflejados a traves de mis Kurt, y solo dominándo sus miedos podrán pasar por este bosque, pues de otro modo vagarán eternamente sin encontrar salida, y con la amenaza de que mis lobos los ataquen en cualquier momento.... Dominen sus miedos

.....

...... Dominen sus miedos

SIX HOURS

"Choose it very carefully" she said "They are the heart and soul of what we are going to cook"

Yayita was teaching my sisters and I how to make tamales. We took our places in the kitchen. "Let's see what are we going to do" she said, and her voice sounded powerful and strong. She was sitting infront of a large, deep, steamy pot... She had a sweet but strong look in her face, going from the pot to our anxious faces.

As in a perfect song, the melody of making tamales started sounding. A delicious, sensual smell hit me in the face, and I felt I was in presence of a great ritual.

Tic tac, tic tac... time is running, burning fire, boiling water... the ancient secrets of cooking are flowing all over the place... laughs and desperate looks to the working pot.

While we're waiting the first bite of our wonderful first creation, I turn my face to yayita... She's talking with my mother, and she has a pride look... All the wait, all the expectation is making me enter into a dreaming world, an antique place took off from an old sepian portrait... And she is in the center of it.

But all the wait was worth it, at the end of our working day, after six long hours, we were finally ready to taste the delicious flavour of our victory!

26 mayo 2008

Mis pesadillas

Últimamente las pesadillas, la enfermedad e inclusive la muerte han rondado en mi vida. He estado más de 8 días postrada en cama con una rara y prolongada gripa, que me ha subido la temperatura hasta niveles grotescos, una tos de "perro" que hasta el día de hoy no me ha dejado en paz, lo único que me ha dejado son espasmódicos movimientos al compas de un armonioso ataque de tos y la garganta reseca y amarga. Y por supuesto (y por esto, créanme, no me quejo) algunos kilillos de menos.

Pero lo que más me ha quitado el sueño (y esto es literal), han sido incontables pesadillas, y la impotencia que me ha dejado la muerte de Daniel de no poder escribir de forma coherente el libro que había estado escribiendo por meses (ya no puedo escribir mas)... Mis ojos están cansados, caídos y tristes... Mis manos ya no pueden moverse más, el sonido de las teclas de la lap las fastidian, las atolondran.... Mi cuerpo entero grita YA!!!!... ya basta, estoy cansado!!

Y las pesadillas son cada vez más recurrentes, más reales, con colores vivos, Vivos!!!... veo rojos brillantes, verdes profundos, amarillos chillantes, veo un blanco enceguecedor y un negro que me petrifica y recuerda mi soledad. Los lugares no son conocidos, pero me recuerdan cosas, me dan melancolía. La gente me aterra... me ATERRA! siento un miedo incontrolable, sus miradas me pierden en un universo infinito y profundo. Y lo único que me consuela (algunas veces) en estos sueños, son animales... Animales.... ¿Dónde carajos voy a encontrar, en la vida real, un lobo que me consuele en momentos de desesperanza, un pavo real que me de tranquilidad en esta ciudad de mierda, perdida en una selva de asfalto, autos y contaminación? ¿Dónde voy a encontrar un resplandeciente ave fénix en esta ciudad llena de gente que va con la mirada perdida en el metrobus, en el metro, en la combi... o si no, va mentando la madre al pendejo que se le atraviese, porque su vieja no se lo cogió el día anterior, y está tan caliente y encabronado que no puede dejar de gritar: "chingas a tu puta madre cabrón" al pobre idiota que se le ocurrió cruzarse el alto?

Estoy triste... es más, estoy deprimida. Créanme que me costó mucho trabajo pararme de la cama, prender la computadora y decidirme a escribir esto. Ya no es bien visto en la sociedad demostrar tus sentimientos, y decir estoy triste y estoy llorando en este momento, porque no puedo escribir, porque esta gripa de la chingada no me deja oler (no me deja oler, a mi.... a mi!!!! que mi vida es mi olfato), porque hace 19 años mi abuela se murió, así, sin decir adiós me dejó, porque nunca terminé la universidad y me sentí una fracasada y una pendeja, porque hace 4 años me casé por escaparme de casa y hace 2 me separé sintiendo que fracasaba otra vez, porque en 4 días se cumplen tres meses de que Daniel murió... de que mi primo murió... MURIÓ!!!!! Y han pasado 3 meses y veo que ya nadie llora, ya todos siguen con su vida... Y Daniel???? Dónde queda Daniel???.... Yo ya no tengo lágrimas mi Dany, ya no te puedo llorar más, estoy cansada... pero te amo y te extraño, y a la vez siento que no te he llorado lo suficiente... ni a ti abuela, ni a mi olfato, ni a mi carrera, ni a nuestra relación Carlos, ni a ti Daniel, Daniel, Daniel... ¿dónde estás? Te dejé en el Panteón Español el 23 de Febrero llorando y berreando porque te ibas a quedar sólo... ahí en el panteón, ¿te acuerdas?... Temblaba sólo de pensar que te ibas a quedar ahí adentro, cubierto de tierra fría, rodeado de lápidas y más cuerpos fríos (y a la fecha sigo temblando, literalmente temblando).... Pobre de ti, no dejaba de decir... y mi mamá me decía que no era así... Que ya no estabas ahí, pero yo vi como bajaban tu cuerpo y lo cubrían con tierra....

Dios mío, este dolor no para.... y no he llorado por Daniel y por nada y siento que el dolor me gana y que no lloro, no lloro…. NO PUEDO LLORAR!... No tengo lágrimas ni tengo fuerza... perdón.

Quería hablar, quería escribir, quería decirles el por qué de mi larga ausencia... Estoy en otro lado, lejos, muy lejos… y me cuesta regresar aquí… Y creo que también es una ausencia física, por eso me enfermo, mi cuerpo ya no quiere estar aquí, porque yo no estoy aquí… Y quiero estar, extraño estar…. Extraño disfrutar leer –ya no leo–, extraño buscar información de hadas, de mundos fantásticos, investigar de cualquier cosa, extraño disfrutar al escuchar la música, al escuchar los sonidos, las armonías, las letras, extraño mucho llorar cuando quiera, dónde quiera, lo extraño mucho, mucho, mucho… Extraño a Daniel, lo extraño endemoniadamente, pienso en él y mi corazón llora, pero es mi corazón, mis ojos están secos… Y ya me cansé de pensar en mis tristezas y de llorar en seco… llorar sin llorar… Lo quería compartir con ustedes, quería compartir mi sentir…

20 mayo 2007

SUEÑOS

¿Cómo explicarlo?... Me encanta soñar, sueño a todas horas, en todo lugar... ¿Distraída? Mmmm, no, definitivamente no. ¿Qué tipo de sueños sueño? Hay muchos tipos de sueños, y yo... bueno, yo los sueño todos. Aficiones tengo muchas, pero en soñar me especializo... Muchos se limitan a soñar cuando están dormidos, se limitan a 8 o menos horas a hacerlo, cuando tienen ¡24 horas al día para ponerlo en práctica!... El problema... es que no saben soñar. ¿Que cómo se hace? Bueno, no se requiere de ninguna técnica en especial, no necesitas ningun material costoso, ni instrucciones complicadas, simplemente es abrirte al mundo, dejarte absorber por su dualidad, su belleza y su fealdad, por su riqueza y su pobreza, por su brillantez y su oscuridad, mezclarte con sus colores, texturas, hacerte uno con el mundo, y dejarte llevar. ¿Qué sueño?.... Sueño mi pasado, mi presente, mi futuro... sueño sobre cosas posibles e imposibles... cosas reales y fantásticas... sueño con hombres, niños, mujeres, ancianos, animales, árboles... con lugares mágicos, paraísos terrenales... sueño amaneceres, anocheceres, lunas llenas, menguantes, crecientes, días soleados, lluviosos, nevados... No tengas miedo de soñar... déjate llevar, déjate envolver en ese mundo fantástico y onírico... Y la recompensa será encontrarte a ti mismo.

28 diciembre 2006

EL ÁRBOL DEL TULE

Muchas cosas han pasado en mi adorada ciudad de Oaxaca... Hacía mucho tiempo que no entraba ni escribía nada en éste, mi espacio. Pero ahora lo hago con indignación, y escribiendo como muestra de protesta por todas las salvajadas y arbitrariedades que están aconteciendo en Oaxaca. Ya antes había escrito, un artículo sobre la vieja Oaxaca que yo recordaba, la vieja ciudad plagada de historia, impregnada de olores, sabores y texturas antiguas pero actuales tambien, lo hice en mi otro espacio. Pero ahora lo hago aquí, escribo mi sentir, mi pensar, mi pesar. Porque me da realmente mucha tristeza ver como la ciudad que tanto admiro, que tanto amo, se desmorona ante la mirada impotente de los que la queremos.
Hace algunos días, si no es que semanas, escuché estupefacta el comentario de una persona, que decía que habían quemado el árbol del Tule. Grande fué mi sorpresa, pero tambien mi coraje, no lo podía creer. Días después me enteré que no fué el árbol del Tule el que quemaron, sino su hijo.
Pocas personas son las que saben que a un costado del atrio del Templo de Santa Maria de la Asunción, del lado contrario al que se encuentra el legendario Árbol del Tule, se encuentra (encontraba más bien) el hijo del Árbol del Tule. Y aún cuando no era un árbol que tuviera ni cercanamente la edad, ni el volumen, y mucho menos la fama de su añejo padre, era un árbol que tenía poco menos de 2000 años. Increíble ¿no?, pero cierto.
Yo escribí hace algunos años el artículo que a continuación podrán leer. Es un artículo que escribí pensando en la majestad y porte de éste árbol, que es un gran legado no solo para los oaxaqueños, ni para los mexicanos (que ya es decir mucho) sino para toda la humanidad.
En memoria del ya desaparecido "retoño".


Oaxaca de Juárez, Oaxaca. A 25 de septiembre de 2003.

A LA SOMBRA DEL TULE

Viniendo en la carretera, ya casi llegando a Santa María El Tule, puedo observar a lo lejos un gran arco, seguido de una calle empedrada; llevando mi mirada todavía un poco mas lejos, puedo observar la antigua y venerable reliquia que con tanto celo guardan los oaxaqueños.

Erguido en medio del atrio de la iglesia en un pueblito nacido a orillas de una carretera, se encuentra un árbol, tan anciano y longevo como la memoria misma de los más añejos recuerdos. Pero ni la marcha de siglos y siglos, en los que ha observado imperturbable el paso del tiempo, han amedrentado tan increíble existencia, ni han borrado de la mente de los oaxaqueños el orgullo que sienten por él.

Bajándome del automóvil, comienzo a caminar por la calle empedrada, topándome con pequeñas fondas y restaurantes... sigo caminando, y con cada paso va emergiendo ante mi la imagen majestuosa del Árbol del Tule. Es una tarde calurosa, pero un viento travieso y fresco golpea mi rostro; vendedores ambulantes y un pequeño mercadito surgen de pronto a un lado, con todos sus sonidos y olores, pero yo sigo caminando hacia el árbol, como atraída por una magia misteriosa.

Entro en el pequeño atrio de la iglesia y un grupo de niños ansiosos comienzan a rodearme. Todos me hablan al mismo tiempo y me toman por el brazo para enseñarme el árbol; pero yo lo que quiero es sentarme debajo de su sombra, y observar. No fue difícil hallar un lugar, pues la espesura del árbol cobija a todo el que quiera encontrar un lugar fresco y fuera de los rayos inclementes del sol.

Me senté complacida en una esquina del atrio, observando cada uno de los recovecos de su grueso y robusto tronco. La textura rugosa de su corteza podía sentirla en mis dedos aún sin tocarla, su delicioso aroma a tiempo y sabiduría penetraba y envolvía cada parte de mi cuerpo; una sensación de paz y de alegría me envolvían. El cadencioso sonido que emergía del centro mismo del árbol se mezclaba armoniosamente con cada una de las notas que existían a su alrededor: la risa de los niños rodeando a un nuevo visitante, el grito certero de los vendedores, el ladrar de unos perros en la lejanía, y el sonido del viento cruzando por las ramas de todos y cada uno de los árboles que custodian al más anciano de los suyos.

En el pequeño pueblo de Santa María se puede sentir la calurosa bienvenida que los lugareños le dan a propios y extraños que vienen para admirar una de las obras mas añejas de la naturaleza; y pueden estar seguros que al estar frente a frente a tan extraordinaria creación, van a sentir la magia y el misticismo que emanan de tan admirable coloso.

08 octubre 2006

EL FALLO DEL CONCURSO

Bueno, acabo de entrar a la página del concurso de relato corto sobre el señor de los anillos (en el cuál, por cierto, tuve participación con el primer cuento de ésta página "DUELO O HECHIZO"), y al parecer, si mis ojos no me fallaron (lo cuál sucede muy a menudo), no he ganado ni un pepino... Lo confieso, estoy un poquitín decepcionada; no es la primera vez que entro a un concurso de relato o cuento corto (y tampoco es la primera vez que el resultado es el mismo), y tenía la leve esperanza de sentirme reconocida.
Sin embargo -por otro lado-, me gustaron mucho los cuentos que ganaron (pienso sinceramente que así lo ameritaban) y yo seguiré intentándolo, seguiré escribiendo relatos, cuentos, poemas, sabiendo que alguno de ellos, algún día, me darán la satisfacción de ganar un premio... Aunque, es necesario aclarar, que el solo hecho de escribirlos, de pensarlos, de plasmarlos me llena de infinita satisfacción y gozo. Y espero que, aún cuando no gane ni un pepino (como ahora), haya gente que siga leyendo lo que escribo, que siga apreciando lo que hago, y que me sigua dejando sus comentarios (positivos y negativos), porque eso es lo que me ha hecho mejorar con el tiempo, el saber que la gente es sincera al decirme lo que no le parece de la misma manera que me puede decir lo que le gusta.... Infinitas gracias a esas personitas... Saludos

14 septiembre 2006

EL ÚLTIMO VIAJE

EL ÚLTIMO VIAJE

El viento ondea con calma la superficie del agua. Puedo escuchar como las olas van tocando la piel de la playa con su manto húmedo. Yo, sentado en la arena y lejos de las olas, observo mi vieja barca.

Mientras recuerdo con alegría todo lo que hemos pasado ella y yo, mis manos se entrometen entre los cálidos granos de arena. El viento pasa juguetón entre mi rostro y mi entrecano cabello mientras el sol se va ocultando en su guarida.

Bajo la mirada, y sacando lentamente mis manos, observo como el tiempo ha pasado inevitable por ellas; pero pienso que no ha sido en vano... algo secas, arrugadas, torcidas y quemadas por el sol, éstas manos que tocan la arena, navegaron durante años la vieja barca que veo a lo lejos...

“...mi gastada amiga... mi avejentada y fiel barcaza, por fin descansas de tantos años de trabajo, de tantos años de recorrer el mar solitario y de llevar a cuestas mi legado...”

Y de pronto, sentado como estoy en la playa, me doy cuenta de cuántas aventuras pasamos y resistimos, aún en días lluviosos, en días tristes y nublados, coléricos y tormentosos.

Una ráfaga de viento vuelve a golpear insistente mi rostro enjuto. Ese viento travieso que tanto nos acompañó en nuestras travesías... Si... siento su caricia suave pidiéndome un último viaje, un viaje de despedida después de tantos años.

El sonido de las olas me adormece, y cerrando los ojos escucho el golpetear de mi barca contra la estaca a la que está amarrada... “pobre amiga mía, tantos años viajando y surcando el mar infinito; y ahora, en el ocaso de tu existencia, te encuentras atada a una mohosa y roída estaca”.

Sin darme cuenta, ya han pasado varias horas desde que salí para ver la puesta del sol; ya las sombras insolentes y atrevidas comienzan a invadir la playa y sus inmediaciones, y es entonces cuando decido regresar a mi morada... ahí... a orillas del mar.

Con cierta dificultad, comienzo a levantarme, mis débiles y cansadas piernas reclaman el esfuerzo, pero ayudan en la tarea, mientras mis manos bailan con el viento queriendo apoyarse en su viejo camarada; mis ojos oscuros buscan en la creciente penumbra a mi vieja compañera.

Cuando logro estar de pie, y mis ojos ya se acostumbraron a la oscuridad, puedo observarla ladearse con las olas. Medio adormilada se mueve al compás del canto marino y la brisa cálida...

...Sin saber bien el motivo, comienzo a caminar en dirección de mi barquita; mis pies descalzos pasan de sentir la arena seca y tibia, a sentirla húmeda y fresca... ésta, de pronto mezclada con el agua, pasa frenética por mis dedos, buscando un rincón donde sosegarse. Los últimos rezagos de luz se cuelan por el horizonte, reflejándose muy débilmente en la superficie quieta del agua. El olor húmedo de la madera añeja me guía a donde está mi barca. Ese olor tan peculiar y tan conocido me trae nuevos recuerdos; tanto así, que una tímida sonrisa asoma a mis labios curtidos.

Y en medio del camino, detengo mi paso. Entre las sombras logro ver que la cuerda que sostenía mi barca, ha cedido al viento implacable, cayendo suavemente en la arena mojada. Mi vieja amiga, de pronto saliendo de un largo sopor, se tambalea henchida de alegría y orgullo entre las olas, para dejar una sutil y suave estela y emprender su último viaje... último viaje que el viento agradece golpeando suavemente mi rostro.

12 septiembre 2006

UN BESO TUYO

UN BESO TUYO

Es un beso tuyo lo que quiero; un abrazo fuerte que transporte mi mirada a un mundo incierto. Un beso tuyo, arrebatado y sincero, que me encierre lentamente en tu regazo, pero me deje volar al infinito de tu boca ardiente.

Amor mío, no me niegues, pues un beso tuyo es lo que quiero; tu lengua abrazadora que arrebate lentamente mi único latido; llévatelo, tómalo, si solo así puedo saborear un último suspiro. Rodea con tus brazos mi cuerpo rendido, pues solo uno pequeño te pido.


Déjame tomar tu mano, como súplica de lo mas querido; sólo un beso tuyo, una muestra de lo que he anhelado; tu mano fuerte, entre mi pecho ardido, sintiendo el ritmo de mi corazón perdido.

Hazlo ya, no me dejes repetirlo mas, pues mis labios candentes te esperan encendidos y apasionados; gira tu cuello pétreo y ríndete ante el amor que suplicante te entrego entre mis ojos abatidos.



Ya no esperes más, amor; juega traviesamente con mi rizos encrespados, mientras tu boca húmeda me atrapa pausadamente, y desliza poco a poco las puntas de tus dedos por la superficie de mi piel, mientras un gemido escapa aliviado a mi garganta.

Si, amor mío, es un beso tuyo lo que quiero, solo uno pequeño yo te pido; mas si no has de cumplir, con una sola mirada tierna, profunda y enigmática me he de conformar.