03 marzo 2009

EN LA PENUMBRA

En la penumbra lo observo, diáfanos rayos de luz acarician pequeños rincones de su tersa piel. Está dormido, y escucho en el silencio su respiración pausada y profunda. Estoy sentada desnuda en una silla alejada de la cama. Mis ojos posados en su cuerpo tendido y también desnudo. Las sombras juegan con sus curvas, creando formas caprichosas que se mezclan con la superficie de su piel. Mi mirada empieza a recorrerlo... Cómo sus pies descansan de manera holgada en la orilla de la cama, sus pantorrillas iluminadas en algunas partes por pequeños rayos de luz, líneas rectas pero suaves delinean su contorno, llevándolas hasta la base de sus nalgas firmes y sombreadas, y continuando con su espalda voluptuosa y pétrea, nívea como jardines sembrados de copos de nieves. La superficie interrumpida por pequeñas colinas por aquí y por allá, hasta llegar hasta sus hombros que sostienen la cabeza ladeada. Su rostro mitad en la oscuridad, mitad iluminado, me muestra una bella mueca dibujada en sus labios, mientras sus largas y negras pestañas acarician sus pómulos sonrosados.

Me mantengo absorta al observarlo, soñando con el contacto suave de su piel, soñando sentir sus labios húmedos y cálidos tocando los míos...

¿Qué miras? –me dice él, viéndome con ojos dormidos, y levantándose lentamente.

A ti –le respondo con mirada traviesa, y una sonrisa cruza mis labios curveados. Con un movimiento rápido me levanto de la silla y lo tiro suavemente en la cama. Quiero observar su piel, quiero observarlo a él. Me acerco por sus piernas, y con una caricia larga las recorro, subiendo… subiendo… los rayos de luz siguen jugando con la superficie de su piel lechosa. Sigo recorriendo en subida sus piernas, hasta llegar a su sexo ahora erecto. Magnifica vista, pienso para mí. Pero no me detengo ahí, sigo acariciando, ahora su abdomen cuadriculado, imperfecto… pero perfecto para mí. Con suaves movimientos circulares toco cada parte de su cuerpo… Lo recorro.

Traviesa –me dice en un suspiro urgido –sabes cómo me encanta que hagas eso.

Veo cómo su respiración entrecortada surca el silencio de la habitación. Sus pequeños gemidos me excitan a seguir tocándolo. Ahora es mi boca la que lo recorre. Mi lengua se pasea por su piel sin límites, libre, apasionada... Mis ojos buscan su rostro, quiero ver cada uno de sus gestos...Qué le gusta… y sé qué le gusta…

Mi boca empieza a dar pequeños besos ahogados, recorriéndolo… y quiero probarlo, quiero saborear la esencia que transpira. El contacto con mi lengua sólo hace que se excite más. Se mueve ansioso, cierra los ojos y toma grandes bocanadas de aire… Se contiene.

Tomo con delicadeza su pene erecto, lo acaricio, lo beso con ansia y mi lengua me exige más… quiere más. Su sabor me embriaga, el sólo tocarlo me hace perder la conciencia y el control de lo que hago… Disfruto extasiada el momento que paso con él.

Él me mira con ansia, sé lo que quiere, y yo se lo quiero dar… Me levanto un poco, y con mis senos recorro de nuevo su cuerpo, y éste se estremece… mis labios tocan con pasión los suyos… Ya quería besarlos, y sentí su calor envolviéndome… Me coloqué arriba de su cuerpo tembloroso, abrí con generosidad mis piernas y dejé que entrara en mí.

Qué hermosa sensación, así, tan juntos, tan compenetrados… Tan uno para el otro. Así me gustaba sentirme suya, SABERME suya! Saber que al final, una parte de él se quedaba conmigo y que eso… eso LO HACÍA mío también.

1 comentario:

Berserkwolf dijo...

jaja, gracias por la visita, todo anda bien, jeje espero con ansias, cuando decidas(o puedas, ya que a veces es cosas de sircunsatancias, segun he aprendido) retomar y poner al dia tu blog, sin falta, pasare a visitar y leer jeje